Rumbo a Cattolica
Jueves
11 de Septiembre de 2014
Amanecíamos
en Milán y a primera hora abandonamos el apartamento donde nos habíamos
hospedado los días anteriores, para poner rumbo a la Estación Central de Milán (Milano
Centrale), ya que cerca de allí se encontraba una oficina de Europcar donde
teníamos que recoger el coche que utilizaríamos durante el fin de semana del
Gran Premio.
LLegando a la Estación Central de Milán
Milano Centrale
He de reconocer que la oficina de
Europcar estaba bastante escondida y perdimos algo de tiempo en encontrarla,
pero al final pudimos recoger nuestro coche.
Nada más recoger el coche, nos
disponíamos a emprender la marcha hacia Cattolica, donde tendríamos nuestro
hotel durante el fin de semana. Nos esperaban por tanto 347 Km por delante
hasta llegar a la costa italiana.
Recorrido que haríamos de Milán a Cattolica
La Autopista era de Peaje, pero
con tres carriles y en muy buen estado por lo que compensa el dinero que pagas,
ya que ahorras en tiempo y ganas en comodidad, por ello nos decantamos por esta
opción en vez de desplazarnos por carreteras secundarias. (El precio que
pagamos por el trayecto que hicimos fue de 21 euros).
Autopistas con tres carriles y en perfecto estado
Al volante
Llegada a Cattolica
El
hotel no tenía parking in situ, pero tenía concertado con una empresa de
transporte el desplazamiento de los huéspedes hasta un parking a las afueras
del pueblo. El desplazamiento era gratuito a cargo del hotel, sólo tenías que
solicitarlo o bien en la recepción del hotel para que te llevaran al mismo, o
bien en el parking para que te llevaran
al Hotel. Por su parte el Parking tenía un precio de 4 euros al día.
En la puerta del Hotel Roma de Cattolica
Empresa que nos trasladaba del Hotel al Parking
Parking
Una vez aparcamos el coche y dejamos el equipaje en el hotel, nos dispusimos a pasear tranquilamente por las calles de Cattolica, todo lleno de terrazas y tiendas, aunque el ambiente era bastante tranquilo.
Paseando por Cattolica
Calles de Cattolica
Terrazas en el centro de Cattolica
Finalmente nos sentamos en una de estas terrazas para cenar, tomar algo y relajarnos un rato. La cena como no podía ser de otra forma en Italia fue pizza, que por cierto estaba bastante buena. He de reconocer que fue de las mejores que me comí a lo largo del viaje.
Lugar elegido para la cena
Mi cena en Cattolica, bastante buena la verdad
De beber tomamos agua, pues una de las cosas que comprobamos en Italia, es que el precio de la comida (que es en lo que nos solemos fijar a la hora de mirar la carta en un establecimiento) suele ser normal, pero los precios de las bebidas (que no lo solemos mirar) suelen ser desorbitados, y cuando viene la cuenta pues te llevas la sorpresa. Por tanto os recomendamos que a la hora de comer miréis precios de comida y bebida, para no llevaros ningún tipo de disgusto a la hora de pagar.
Una vez terminamos la cena nos dirigimos al Hotel Roma a descansar, pues al día siguiente teníamos que madrugar para ir a presenciar la primera jornada del Gran Premio de San Marino e Della Riviera di Rimini de Motociclismo.
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