Cuarto día en Oslo. Crucero por el fiordo
Tras un Segundo día visitando la capital noruega y un tercero destinado a conocer los museos de la Península de Bygdoy, amanecíamos el miércoles 29 de marzo de 2017, nuestro último día en suelo noruego.
Nuestro vuelo salía por la tarde, pero horas antes teníamos que coger un autobús que nos trasladaría desde la Estación Central de autobuses de Oslo, en Jerbanetorget, al Aeropuerto de Torp, por lo que sólo disponíamos de la mañana para tratar de aprovechar nuestros últimos instantes en la ciudad escandinava.
La mañana de este último día la habíamos reservado para hacer un pequeño crucero de dos horas por el Fiordo de Oslo y así tomar fotografías de la belleza inigualable que nos ofrece este lugar del mundo.
Los tickets los adquirimos la tarde anterior en una caseta justo al lado del muelle donde se toma el ferri nº 91 que va a la Península de Bygdoy, en la Radhusplass o Plaza del Ayuntamiento. La caseta se puede apreciar fácilmente ya que está repleta de carteles publicitarios ofertando los diversos cruceros.
Caseta para comprar los tickets del crucero por el Fiordo de Oslo
El barco tiene programadas varias salidas a lo largo del día. Nosotros para curarnos en salud, pues a medio día teníamos que tomar el bus que nos llevaría al Aeropuerto de Torp, decidimos hacer el crucero en torno a las diez de la mañana, pues no nos quedaba otra opción.
El día estaba nublado, a diferencia de los días anteriores que a esa hora de la mañana ya lucía el sol y la temperatura era bastante agradable. Una vez en el barco, literalmente nos congelamos de frío, por lo que os recomendamos hacer el crucero en torno a las horas centrales del día, y no tan temprano como nosotros, aunque vuelvo a repetir que no teníamos otra opción ya que temprano teníamos que estar en la Estación Central de Oslo para poner rumbo al Aeropuerto de Torp.
Con este paseo en barco poníamos fin a la que había sido nuestra segunda escapada del 2017, después de nuestra visita a Budapest en Enero de ese mismo año.
Oslo, una ciudad que en principio no era de mis preferidas para visitar, la verdad que me sorprendió para bien, por lo que os animo a visitarla. La gran oferta cultural existente en la ciudad, con una gran cantidad de museos; un inmenso parque repleto de esculturas con su espectacular monolito como es el Parque Vigeland; su fortaleza de Akerhus con vistas al fiordo; la elegante y vanguardista ópera; algunos de los barcos vikingos mejores conservados del planeta; el Fram todo un icono de la historia de las expediciones polares; uno de los trampolines de saltos de esquí más importantes del mundo y muchas atracciones más hacen de Oslo una ciudad cada vez más visitada. Esperemos que nuestros consejos, basados en nuestras propias experiencias, os sirvan para planificar vuestra próxima escapada a la capital de Noruega.
Seguiremos viajando y contando nuestras vivencias....
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